Artritis Reumatoidea

dsAunque la Artritis Reumatoidea (AR) fue una afección temida durante mucho tiempo por ser uno de los tipos de artritis que causan más incapacidad, la perspectiva ha mejorado de manera notable para muchos pacientes recientemente diagnosticados. Por supuesto, sigue siendo una enfermedad grave, con una gran variedad de síntomas y efectos. Sin embargo, se han producido avances recientes en el tratamiento que posibilitaron la detención, o al menos la desaceleración, del avance del daño articular. Existen terapias nuevas que atacan la inflamación, gracias a la rapidez con que se llevan a cabo estimulantes investigaciones en el área. Otras terapias implican la combinación de medicamentos existentes a fin de obtener un mayor beneficio para aquellas personas que sufren de esta enfermedad.

Datos básicos

• La AR es el tipo más común de artritis desencadenada por el sistema inmunológico.
• Sufren de AR 1,300,000 adultos estadounidenses.
• Los tratamientos han mejorado de manera considerable y ayudan a muchas de las personas afectadas.
• Los reumatólogos poseen los conocimientos necesarios para diagnosticar correctamente esta enfermedad y ofrecen a los pacientes los tratamientos más avanzados.

¿Qué es la artritis reumatoidea?

La AR es una enfermedad crónica que produce dolor, rigidez, inflamación y limitación en la movilidad y el funcionamiento de diversas articulaciones. A pesar de que puede afectar cualquier articulación, las pequeñas articulaciones de las manos y los pies tienden a verse comprometidas con más frecuencia que otras. Esto produce un patrón de enfermedad articular que los reumatólogos consideran característico de la artritis reumatoidea. También pueden inflamarse otros órganos.
En general, la rigidez que presenta la artritis reumatoidea activa es peor durante la mañana, y puede durar una o dos horas o hasta incluso todo el día. Este período prolongado de rigidez matutina constituye una señal importante para el diagnóstico, dado que no muchas otras enfermedades artríticas se presentan de esta forma. Por ejemplo, la osteoartritis normalmente no ocasiona rigidez matutina prolongada.

Otros síntomas de la AR son:

• Pérdida de energía
• Fiebre baja
• Pérdida de apetito
• Sequedad en ojos y boca debido a una afección asociada conocida como síndrome de Sjogren.
• Protuberancias firmes denominadas nódulos reumatoides que crecen debajo de la piel, en áreas como codos y manos.

¿Qué causa la artritis reumatoidea?

La artritis reumatoidea se clasifica como una enfermedad autoinmune, que se desarrolla debido a que determinadas células del sistema inmunológico no funcionan correctamente y comienzan a atacar a las articulaciones sanas. Aunque la causa de la AR aún no se conoce, las nuevas investigaciones nos brindan una mejor comprensión de los factores inmunológicos e incluso genéticos que pueden estar relacionados con el origen de la inflamación. El foco principal de la inflamación está en la membrana sinovial, que es el tejido que recubre la articulación. Los agentes químicos inflamatorios liberados por las células inmunes provocan inflamación y dañan el cartílago y el hueso. Como respuesta, se crearon nuevos medicamentos que específicamente bloquean determinadas señales que hacen que el cuerpo ataque a su propio sistema inmunológico y cause los síntomas de la AR y el daño articular.

¿Quién contrae artritis reumatoidea?

La AR es la forma más común de artritis inflamatoria y afecta a más de 1,300,000 estadounidenses. El 75 por ciento son mujeres. De hecho, entre el 1% y el 3 % de las mujeres pueden desarrollar artritis reumatoidea en algún momento. La enfermedad comienza generalmente entre la cuarta y la sexta década de la vida, pero puede aparecer a cualquier edad.

¿Cómo se diagnostica la artritis reumatoidea?

La AR es difícil de diagnosticar porque puede comenzar con síntomas leves, como dolor en las articulaciones o una leve rigidez en la mañana. Además, hay muchas enfermedades que se asemejan a la artritis reumatoidea, especialmente durante la primera etapa. Por eso, los pacientes que posiblemente padezcan AR deben ser evaluados por un reumatólogo, un médico con la capacidad y experiencia necesarias para realizar un diagnóstico preciso y desarrollar un plan adecuado para su tratamiento.

El diagnóstico de la AR se basa en los síntomas descritos y en los resultados del examen físico, tales como temperatura, inflamación y dolor en las articulaciones. Determinados niveles en sangre comúnmente encontrados en la AR pueden ayudar a establecer un diagnóstico.

Los siguientes son indicios de AR:

• Anemia (escasa cantidad de glóbulos rojos)
• Factor reumatoide (un anticuerpo que en algún momento se encuentra en aproximadamente el 80% de los pacientes con AR, pero sólo en el 30% al comienzo de la artritis).
• Anticuerpos anti-péptidos citrulinados cíclicos (PCC).
• Índice elevado de sedimentación de eritrocitos o «índice sed” (un análisis de sangre que, en la mayoría de los pacientes con AR, tiende a confirmar el nivel de inflamación articular).

Las radiografías pueden ser de gran utilidad para el diagnóstico de AR, pero es posible que no muestren anomalías en los primeros 3 a 6 meses de la enfermedad. Sin embargo, son útiles para determinar si la enfermedad progresa. También se usan cada vez más la resonancia magnética y la ecografía para poder detectar la gravedad de la AR.

Es importante recordar que para la mayoría de los pacientes que padecen esta enfermedad (especialmente aquellos que han tenido síntomas por un período de menos de 6 meses) no existe un único examen que «confirme» un diagnóstico de AR. Éste se establece mediante la evaluación de los síntomas y los resultados de un examen físico, análisis de laboratorio y radiografías.

¿Cómo se trata la Artritis Reumatoidea?

La terapia para los pacientes que sufren de artritis reumatoidea ha mejorado de manera drástica en los últimos 25 años. Los tratamientos actuales ofrecen a la mayoría de los pacientes un gran alivio de los síntomas y la capacidad de continuar con sus actividades a un nivel normal o casi normal. Aunque no existe cura para la artritis reumatoidea, el objetivo del tratamiento consiste en minimizar los síntomas y la discapacidad de los pacientes lo antes posible mediante la terapia médica apropiada, antes de que se produzca un daño permanente en las articulaciones. No existe una única terapia que sea eficaz para todos los pacientes, y muchos deberán cambiar las estrategias del tratamiento durante el curso de la enfermedad.

El manejo exitoso de la AR requiere de un diagnóstico temprano y, en algunos casos, de un tratamiento agresivo. Aquellos pacientes con un diagnóstico establecido de artritis reumatoidea deben comenzar el tratamiento con fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME). Estos medicamentos a menudo se utilizan en conjunto con antiinflamatorios no esteroides (AINEs) y/o bajas dosis de corticosteroides. Los FARME disminuyen considerablemente los síntomas y la función articular, y han mejorado notablemente la calidad de vida de la gran mayoría de los pacientes que sufren esta afección. Los FARME incluyen metotrexato (Rheumatrex y Folex),leflunomide (Arava), hidroxicloroquina (Plaquenil), sulfasalacina (Azulfidine), oro administrado por vía oral (Auranofin) o vía intramuscular (Myochrisine), minociclina (Minocin, Dynacin y Vectrin), azatiaprina (Imuran) y ciclosporina (Sandimmune y Neoral).

Para los pacientes que presentan un cuadro más grave, los medicamentos denominados modificadores de la respuesta biológica o “agentes biológicos” atacan las partes específicas del sistema inmunológico que ocasionan inflamación, daño en los tejidos y en las articulaciones. Estos medicamentos también son FARME, dado que desaceleran el progreso de la enfermedad. Los tratamientos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) incluyen adalimumab (Humira), anakinra (Kineret), etanercept (Enbrel), infliximab (Remicade), abatacept (Orencia) y rituximab (Rituxan). Generalmente se utilizan con metotrexato porque juntos funcionan mejor.

El tratamiento óptimo de la artritis reumatoidea generalmente requiere más que sólo medicamentos. El tratamiento adecuado requiere un cuidado integral y coordinado, la educación del paciente y el conocimiento de varios profesionales, incluidos reumatólogos, médicos de cabecera, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales.

Es necesario realizar consultas periódicas al reumatólogo para seguir el curso de la enfermedad y controlar los efectos secundarios que provocan los medicamentos. Deben realizarse análisis de sangre periódicos y, de vez en cuando, radiografías o tomografías computadas para manejar la AR y los medicamentos eficazmente.

Mayor impacto de la Artritis Reumatoidea en la salud

Las últimas investigaciones indican que quienes padecen de AR, en particular las personas cuya enfermedad no está bien controlada, pueden tener un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Hable con su médico sobre los riesgos y las formas de minimizarlos.

Vivir con Artritis Reumatoidea

Es importante que las personas que padecen AR permanezcan físicamente activas, pero que a su vez disminuyan sus actividades ocasionalmente cuando la enfermedad empeora. Una consulta con un terapeuta físico u ocupacional puede ayudar a determinar qué tipos de actividades son adecuadas y en qué medida. Por lo general, se debe descansar cuando se tiene una articulación hinchada o inflamada, o cuando se siente fatiga. En esos momentos, realizar ejercicios suaves mantendrá flexibles las articulaciones. Cuando se sienta mejor, realizar ejercicios aeróbicos de bajo impacto como caminar y ejercicios para aumentar la fuerza muscular mejorarán la salud general y reducirán la presión en las articulaciones.

El diagnóstico de una enfermedad crónica es un hecho que cambia la vida y que puede provocar ansiedad y, en algunos casos, sentimientos de aislamiento o depresión. Gracias a que los tratamientos han mejorado de manera notable, estos sentimientos normalmente disminuyen con el tiempo, a medida que aumenta la energía y se reducen el dolor y las limitaciones. Es importante que hable con su médico y con los profesionales de la salud sobre estas reacciones normales frente a la enfermedad, ya que ellos pueden brindarle la información y los recursos que necesita durante su tratamiento.

La artritis reumatoidea afecta las muñecas y las pequeñas articulaciones de la mano, incluso los nudillos y las articulaciones medias de los dedos.

Puntos para recordar

• La AR ha sido el foco principal de las investigaciones de reumatología. Los tratamientos disponibles en la actualidad mejoraron considerablemente las perspectivas de los pacientes. La inflamación y el dolor en las articulaciones generalmente se pueden controlar bien, y el daño articular se puede minimizar con un tratamiento temprano.
• Es particularmente necesario contar con experiencia profesional para establecer un diagnóstico temprano de AR para descartar enfermedades con síntomas parecidos (y así evitar análisis, terapias farmacológicas y costos innecesarios) y diseñar el plan de tratamiento que mejor se adapte al paciente. También debe evaluarse la necesidad de emplear una terapia con FARME, sus riesgos y beneficios. Por consiguiente, el reumatólogo, junto con el médico de cabecera y otros profesionales de la salud, deben desempeñar el papel principal a la hora de determinar, implementar y supervisar el tratamiento del paciente con AR.
• Los estudios han demostrado que las personas con AR que reciben un tratamiento temprano se sienten mejor más rápido y con más frecuencia, tienen más probabilidades de llevar una vida activa y menos probabilidades de sufrir el tipo de daño articular que conduce al reemplazo de las articulaciones.

El Papel del Reumatólogo en el Tratamiento de la Artritis Reumatoidea

La artritis reumatoidea es una enfermedad compleja, pero recientemente se han producido grandes avances en su tratamiento. Los reumatólogos son especialistas en trastornos musculoesqueléticos y, por lo tanto, son los más capacitados para realizar un diagnóstico adecuado. También pueden aconsejar a los pacientes sobre las mejores opciones de tratamiento disponibles.

FUENTE: COLEGIO AMERICANO DE REUMATOLOGIA
ESTE MATERIAL EDUCATIVO ESTA SIENDO UTILIZADO BAJO AUTORIZACION DEL COLEGIO AMERICANO DE REUMATOLOGIA
Asociación Salvadoreña de Reumatología